En el mercado actual, existen infinidad de cremas faciales entre las que poder elegir, y cada vez más específicas para cada tipo de piel y de persona. El problema de tan amplia oferta es que muchas veces no sabemos cuál de todas ellas elegir, ya que, con frecuencia, desconocemos qué cuidados son los que nuestra piel requiere.
Pues bien, lo que va a condicionar el hecho de que nos convenga una crema específica u otra, va a depender principalmente de nuestra edad y sobre todo, del tipo de piel que tengamos.
¿Qué tipos de piel existen y cómo diferenciarlas?
Pieles Grasas
Son pieles que presentan brillos, especialmente en las áreas de la frente y la barbilla (Zona T). Este tipo de pieles se suelen caracterizar por presentar un tamaño de poro mayor que en los que se encuentran en las pieles secas y por una hiperproducción seborreica, culpable de la aparición de los brillos y de los granos. Generalmente, este manto de secreción seborreica, mantiene hidratado el manto hidrolipídico, por lo que estas pieles no suelen necesitar cremas muy hidratantes. Aunque hay ocasiones en las que podemos encontrarnos una piel grasa, pero a la vez deshidratada, en estos casos, nos encontramos con pieles que presentan una ligera descamación, ásperas y secas al tacto.
Pieles secas
Son pieles que, al contrario de lo que ocurría en el caso anterior, presentan una secreción seborreica disminuida, por lo que resultan frágiles y fácilmente irritables, lo que se traduce en que son pieles que reaccionan mediante la aparición de eritrosis a moderados estímulos ambientales, internos o emocionales. Estas personas tienen a padecer rosácea, frecuentemente desde la pubertad.
En otras ocasiones, el poseer una piel seca, puede ser resultado de factores externos como puede ser el aplicarse jabones o productos faciales muy alcalinos que resultan agresivos contra la piel.
Pieles mixtas.
Se diferencia por poseer las características propias de las pieles grasas en la zona T y presentar a su vez una piel seca en las zonas laterales.
¿Qué tipo de crema debo elegir?
Como ya hemos comentado antes, esto va a depender del tipo de piel que tengas y también de la condición de tu rostro que quieras tratar o prevenir.
Cremas antiarrugas
Aunque comúnmente asociamos este tipo de cosméticos a personas de cierta edad, lo cierto es que a partir de los 25 años es recomendable empezar a utilizar estas cremas, ya que una buena prevención ayudará a retrasar la aparición de las arrugas.
Estas cremas suelen poseer ingredientes activos tales como ácido hialurónico (hialunorate sodium), elemento estructural de nuestra piel o antioxidantes como la coenzima Q
Cremas hidratantes.
Destinada principalmente a las pieles más secas, ya que estas cremas consiguen retener el agua presente en nuestra piel, principalmente mediante la formación de una capa que impide la evaporación de la misma o mediante la captación de agua a través de compuestos higroscópicos como es la glicerina.
Cremas anti manchas.
Conforme envejecemos, sobre nuestra piel suelen aparecer manchas, con frecuencia oscuras, aunque también pueden ser blancas, que nos aportan una apariencia de mayor edad. Para tratar estas manchas existen cremas con activos que unifican el tono de nuestra piel, como los derivados de la vitamina C. Eso sí, este efecto deja de percibirse en el momento en que se deja de aplicar el producto.
Cremas antioxidantes.
La oxidación es un proceso que se debe tanto a factores internos (por el propio metabolismo del cuerpo) como a externos (ej. radiación solar) y que va a dañar a nuestras células, acelerando de esta forma nuestro envejecimiento. Así, cremas formuladas con vitamina E (tocoferol), niacinamida o resveratrol, todos ellos buenos antioxidantes, van a disminuir este proceso.
Vía: miclinicaestetica.com